domingo, 11 de abril de 2010

War. Learning & growing.


Después de un fin de semana viendo películas y series sobre la guerra (2da guerra mundial para ser precisa) no pude evitar ver la analogía de la vida y la guerra. Llega sin previo aviso, y cuando menos se espera, vamos rumbo a la guerra y peor aún, cuando sentimos estamos combatiendo en el Día D, sin ninguna idea de cómo llegamos ahi. Cada batalla formará valientes guerreros que ascenderán de rango, según su desempeño... Peleando por defender ideales o creencias, la experiencia misma de la guerra, nos hace crecer y madurar.

Al salir hacia la guerra, se deja atrás familia, hogar y el ambiente seguro del hogar en el cual se vive... Con la esperanza de volver a casa victorioso, y sobre todo: vivos. Como todas las experiencias en la vida, hay algo bueno aún dentro del peor escenario, y la guerra no es la excepción. Durante el combate, se pelea junto a otros valientes enfrentando la misma guerra, y en ellos se puede encontrar apoyo... se convierten en hermanos (tal y como se muestra en la serie de televisión Band of Brothers) que llegan a dar hasta la vida por cuidarse unos de otros. Todos siendo guíados por nuestro capitán: Dios. Muchas veces cuesta creer que se tendrá éxito y se logrará la victoria, muchos mueren a mitad del camino, otros son heridos gravemente... Heridas que marcan nuestra vida, pero que nos hacen aprender. Luego de sanar, se regresa a la batalla. Un buen soldado no se dá por vencido.

Yo le pido a Dios que me dé fuerzas y las armas necesarias para ser una excelente guerrera. Hasta el momento, me ha dado la victoria en muchas batallas. Me ha dado excelentes compañeros de guerra, a quienes considero mis hermanos (as). Y si, he salido herida en ocasiones, pero Dios ha sanado cada una de ellas. He crecido y aprendido bastante desde la primera batalla, y espero seguir subiendo de rango en batallas por vivir. Un día, espero alcanzar un rango que me permita "entrenar" a otros soldados que van a batallas que ya he peleado... No para mi gloria claro, sino para la gloria del que me dió la victoria y me las seguirá dando: Dios.

Doy gracias por haber sido entrenada de la mejor forma. Desde pequeña se me dió la preparación (teórica al menos) necesaria para enfrentar la vida de la mejor manera, y aunque como todo, de la teoría a la práctica hay un mundo de diferencia, estas enseñanzas me dieron valor para empezar con buen pie (y continuar) cada batalla. Y sobre todo, doy gracias por la oportunidad de calificar como parte del pelotón de guerreros valientes... No todos son aptos para ir a la guerra, los de corazón débil o enfermo, no son admitidos para ir a batalla... Así sucede en la vida real, Dios conoce los corazones de cada uno, y no enviará a la guerra aquellos que no lo soporten. Me alegra ser contada como una de las valientes... Porque quiere decir que Dios vió potencial en mi... Aunque hay batallas más duras que otras (y generalmente, las batallas van subiendo de nivel de prueba), espero de todo corazón lograr vencer cada una de ellas.

"El señor cumplirá su propósito en mí".
Salmos 138.8

Soundtrack: Bring it On by Steven Curtis Chapman.


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